Mes: febrero 2017

Moral 14: Tercer Mandamiento. Santificar las fiestas

TERCER MANDAMIENTO: SANTIFICARÁS LAS FIESTAS

450. Dios ha bendecido el sábado y lo ha declarado sagrado, porque en este día se hace memoria del descanso de Dios el séptimo día de la creación, así como de la liberación de Israel.

452. Para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo, porque éste es el día de la Resurrección de Cristo, que lleva a cumplimiento el sábado judío y anuncia el descanso eterno.

453. ¿Cómo se santifica el domingo (y las demás fiestas de precepto)? Participando en la Eucaristía y absteniéndose de actividades que impidan rendir culto a Dios, o perturben la alegría o el descanso del alma y del cuerpo. Se permiten actividades familiares y servicios de gran utilidad social.

454. El domingo debe ser día festivo para disfrutar del descanso y tiempo libre para cuidar la vida religiosa, familiar, cultural y social; tener tiempo para la meditación y el estudio, y hacer el bien, en particular a los enfermos y ancianos.

Credo 17: El Reino de Dios

106. Las tentaciones de Jesús en el desierto recapitulan la de Adán. Cristo, nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión, en la que su amor filial dará suprema prueba de obediencia.

107. Jesús invita a todos los hombres a entrar en el Reino de Dios; llamándolos a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece a quienes lo acogen con corazón humilde.

108. Jesús acompaña su palabra con signos y milagros para atestiguar que es el Mesías. Él no ha venido para abolir todos los males de esta tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado.

109. Jesús elige a los Doce, futuros testigos de su Resurrección, y los hace partícipes de su triple misión: enseñar, santificar y gobernar la Iglesia. Pedro ocupa el primer puesto, con la misión de custodiar la fe en su integridad y de confirmar en ella a sus hermanos.

110. En la Transfiguración Jesús muestra que su gloria pasa a través de la cruz, y otorga un anticipo de su resurrección y de su gloriosa venida, «que transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo» (Flp 3, 21).

111. Jesús decide subir a Jerusalén para sufrir su Pasión, morir y resucitar. Como Rey-Mesías entra en la ciudad montado sobre un asno; y es acogido por los pequeños, cuya aclamación es recogida por el Sanctus de la Misa: «¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna! (¡sálvanos!)» (Mt 21, 9).

Credo 16: La santidad de la vida ordinaria

101. Aunque la salvación nos viene plenamente con la Cruz y la Resurrección, la vida entera de Cristo es misterio de salvación, porque todo lo que Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin salvar al hombre caído y restablecerlo en su vocación de hijo de Dios.

102. Además de la oscura espera que ha puesto en el corazón de los paganos, Dios ha preparado la venida de su Hijo mediante la Antigua Alianza, hasta Juan el Bautista.

103. En el Nacimiento de Jesús, la gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un niño; la circuncisión es signo de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro Bautismo; la Epifanía es la manifestación del Rey-Mesías; su retorno de Egipto recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el verdadero y definitivo liberador.

104. ¿Qué nos enseña la vida oculta de Jesús en Nazaret?
Jesús permanece en el silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así entrar en comunión con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de oración, sencillez, trabajo y amor familiar, de sumisión a María y a José, como imagen de la obediencia de Jesús al Padre.

105. Jesús recibe de Juan el Bautismo para inaugurar su vida pública y anticipar el «Bautismo» de su Muerte. El Bautismo de Jesús es la prefiguración de nuestro bautismo.

Moral 13: Segundo Mandamiento. Respetar el Nombre de Dios

SEGUNDO MANDAMIENTO: NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO

447. Se respeta la santidad del Nombre de Dios invocándolo, bendiciéndole, alabándole y glorificándole. Ha de evitarse, por tanto, el abuso de apelar al Nombre de Dios para justificar un crimen, y todo uso inconveniente de su Nombre, como la blasfemia, que por su misma naturaleza es un pecado grave; la imprecación y la infidelidad a las promesas hechas en nombre de Dios.

448. Jurar en falso es invocar a Dios, que es la verdad misma, como testigo de una mentira.

«No jurar ni por Criador, ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia» (San Ignacio de Loyola).

449. Perjurio es hacer, bajo juramento, una promesa con intención de no cumplirla, o bien violar la promesa hecha bajo juramento. Es un pecado grave contra Dios, que siempre es fiel.

Sacramentos 10: La Penitencia (interior)

CAPÍTULO SEGUNDO. LOS SACRAMENTOS DE CURACIÓN

295. ¿Por qué Cristo instituyó la Penitencia y la Unción de los enfermos?

Porque la vida cristiana puede debilitarse y perderse para siempre a causa del pecado.

PENITENCIA Y RECONCILIACIÓN

296. Nombres: Penitencia, Reconciliación, Perdón, Confesión y Conversión.

297. ¿Por qué hay un sacramento de la Reconciliación después del Bautismo?

Porque la gracia del Bautismo no suprimió la debilidad de la naturaleza humana ni la inclinación al pecado (esto es, la concupiscencia).

298. El Señor resucitado instituyó este sacramento cuando dijo a sus Apóstoles: «A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23).

299. La conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia, que, siendo santa, recibe en su propio seno a los pecadores.

300. La penitencia interior implica el dolor y el rechazo de los pecados, el firme propósito de no pecar más, y la confianza en la ayuda de Dios. Se alimenta de la esperanza en la misericordia divina.

301. La penitencia puede tener expresiones muy variadas, especialmente el ayuno, la oración y la limosna, en particular en tiempo de Cuaresma y el viernes, día penitencial.

Creo 15: La Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra

95. María es verdaderamente Madre de Dios porque es la madre de Jesús (Jn 2, 1; 19, 25). En efecto, aquél que fue concebido por obra del Espíritu Santo y fue verdaderamente Hijo suyo, es el Hijo eterno de Dios Padre. Es Dios mismo.

96. Para ser Madre de Dios, María fue concebida inmaculada: en previsión de los méritos de Jesucristo, fue preservada del pecado original desde el primer instante de su concepción.

97. ¿Cómo colabora María al plan divino de la salvación? Siendo inmune de todo pecado personal durante toda su existencia, se ofrece totalmente a la Persona y a la obra de Jesús, su Hijo, abrazando con toda su alma la voluntad divina de salvación.

98. Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María sólo por el poder del Espíritu Santo, sin concurso de varón. Él es Hijo del Padre celestial según la naturaleza divina, e Hijo de María según la naturaleza humana, pero es propiamente Hijo de Dios según las dos naturalezas, al haber en Él una sola Persona, la divina.

99. María es siempre virgen en el sentido de que ella «fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen durante el embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre» (San Agustín).

100. María tuvo un único Hijo, Jesús, pero en Él su maternidad espiritual se extiende a todos los hombres, que Jesús vino a salvar.

Credo 14: Jesucristo, Dios y Hombre verdadero

90. El Hijo de Dios asumió un cuerpo dotado de un alma racional humana. Con su inteligencia humana Jesús aprendió muchas cosas mediante la experiencia. Pero, también como hombre, el Hijo de Dios tenía un conocimiento íntimo e inmediato de Dios su Padre. Conocía los pensamientos de los hombres y los designios eternos que Él había venido a revelar.

91. ¿Cómo concordaban las dos voluntades del Verbo encarnado? Jesús tenía una voluntad divina y una voluntad humana. La voluntad humana de Cristo sigue, sin oposición o resistencia, su voluntad divina, y está subordinada a ella.

92. Cristo asumió un verdadero cuerpo humano, mediante el cual Dios invisible se hizo visible. Por esta razón, Cristo puede ser representado y venerado en las sagradas imágenes.

93. ¿Qué representa el Corazón de Jesús? Cristo nos ha conocido y amado con un corazón humano. Su Corazón traspasado por nuestra salvación es el símbolo del amor infinito que Él tiene al Padre y a cada uno de los hombres.
94. La Virgen María concibió al Hijo eterno en su seno por obra del Espíritu Santo y sin la colaboración de varón: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1, 35), le dijo el ángel.

Sacramentos 9: La Comunión

289. Los fieles tienen obligación de participar de la Santa Misa todos los domingos y fiestas de precepto. La Iglesia recomienda que se participe también los demás días.

290. La Iglesia recomienda recibir también, con las debidas disposiciones, la sagrada Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo al menos en Pascua.

291. Para recibir la sagrada Comunión se debe estar plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal. Quien ha cometido un pecado grave debe confesarse antes de comulgar.

292. Frutos de la sagrada Comunión: acrecienta nuestra unión con Cristo y con su Iglesia, conserva y renueva la gracia, recibida en el Bautismo y la Confirmación, y nos hace crecer en el amor al prójimo. Perdona los pecados veniales y preserva de los pecados mortales.

293. Los ministros católicos pueden dar lícitamente la Comunión a los miembros de las Iglesias orientales que lo soliciten, y a miembros de otras comunidades eclesiales que, en una grave necesidad, la pidan y manifiesten la fe católica respecto al sacramento.

294. La Eucaristía es prenda de la gloria futura porque nos colma de toda gracia y bendición del cielo.