Los textos del domingo de la 6ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A, arrojan luz sobre cómo reformar la Iglesia recurriendo al sacramento de la Confesión:
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La Sábana Santa de Turín pasa por ser el sudario de Cristo; en la exposición The Mistery Man inaugurada en la Catedral de Salamanca, puede verse por primera vez una escultura que refleja con exactitud los datos sobre el cuerpo del hombre que fue envuelto en la Síndone:
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Desde cumpleaños de eclesiásticos, fiestas litúrgicas, santoral, documentos publicados por la Santa Sede y calendarios de eventos futuros como beatificaciones y canonizaciones: todo de un vistazo en la página GCatholic.org.
La única pega es que, según los navegadores, la página no es segura; pero si esto no es obstáculo para el lector, aquí tiene el link a ella.
El perdón es la mayor expresión de bondad: de ahí que la primera lectura y el salmo parezcan no hacer referencia a la reconciliación, ya que hablan de la entrada en la tierra prometida y de la bondad del Señor en general: la segunda ya dice que nos dejemos reconciliar y el evangelio es el del hijo pródigo. Y todo ello (en las lecturas de la 4ª semana de Cuaresma ciclo C) en el domingo laetare: la alegría apunta a la Pascua, pero ante todo la acogemos al pedir perdón.
Si conocen el caso del beato Carlo Acutis, sabrán que dos puntos que atrajeron el interés de Carlo para divulgar la fe católica fueron los milagros eucarísticos y las apariciones de la Virgen en distintos puntos del mundo. En este canal de Youtube hay una lista de vídeos en los que se leen relatos de milagros eucarísticos en todo el mundo:
Es preciso tener en cuenta que, si bien estos fenómenos (tanto las apariciones como los milagros) pueden sin duda servir para avivar la fe, o incluso suscitarla, no son algo esencial, ni necesario, y por tanto quien quiera, con todo respeto, puede ignorarlos si no le parecen relevantes: a esto se refiere el punto 67 del Catecismo de la Iglesia católica: ahí sin embargo se dice también que el sentido de los fieles sabe descubrir en ellos una llama de Cristo.
¿Llamada a qué? En el caso de los milagros eucarísticos, a creer en su presencia real, a tratarle con respeto y a ser posible llegar hasta la adoración, es decir, a ponerle en el lugar que merece en nuestra vida. Pero más que teorizar sobre qué quiere Dios con esas manifestaciones donde, como digo y dice la Iglesia, es cada uno quien tiene que saber hasta dónde le lleva su “sentir” (entendiendo esa palabra no como sentimiento humano, sino como virtud, delicadeza y aptitud para responder a las gracias que Dios nos da), digo que lo mejor será dar un repaso a algunos de estos milagros, dejando para el final aquel al que se dirige la peregrinación de esta parroquia, que no es otro que el llamado prodigio eucarístico de Moraleja de Enmedio. Y en honor a Carlo Acutis lo haré precisamente con esos materiales que él mismo preparó: http://www.miracolieucaristici.org/es/Liste/list.html
Lo importante es ser consciente de que la Eucaristía debe ser para nosotros, como él decía, “mi autopista al cielo”, y si a uno le sirven estas “guías” para conducir por esa autopista, muy bien, y si no las necesita, pues también muy bien.
Se pueden ver 18,30 minutos de este vídeo para comprender que la peculiaridad de Moraleja es que se conservan perfectamente las apariencias de pan fresco (o hasta el 23 para explicaciones adicionales):
Como vemos, algunos milagros tienen como fin disipar las dudas sobre la presencia de Cristo: tanto de los que las tienen voluntariamente (como en Ivorra en 1010, o en O Cebeiro en 1300) como de quienes son piadosos y no las quieren (como el padre Pedro en Guadalupe, 1420), o incluso de aquellos que las tienen fundadamente porque no saben si han sido válidamente ordenados (como en Moncada). En otros casos la duda no es del sacerdote (como en Caravaca). Hay prodigios asociados a la Eucaristía (como el de santa María Egipciaca) o el hecho de conservarse esta, sin que sepamos si es un recordatorio de que Él permanece con nosotros a pesar de que le olvidemos (como en S. Juan de las Abadesas) o un premio por haber cuidado de la Eucaristía o hasta de la caridad mutua (como se piensa que puede ser en Moraleja) -incluso con los difuntos, como en Montserrat-, o incluso una advertencia para evitar una profanación o para invitar a la conversión tras haberse producido un robo sacrílego, como en Santarem (1247), Zaragoza (1427), Ponferrada (1533), Alcoy (1568), Gorkum (Gorinchem, 1572), Alcalá (1597), Onil (1824) o Silla (1907). En el caso de Moraleja, más que señal de triunfo sobre los profanadores, parece que la conservación de la Eucaristía podría entenderse como premio a quienes la protegen.
Y aquí el mapa para Google Earth en formato KML y KMZ.
El viernes 17 de junio de 2022 a las 12 se presentarán en la sede de la Biblioteca del Holocausto (CTIF Madrid-Sur, Leganés) los trabajos y premios de la segunda edición del Concurso «Vacunas contra el nazismo», que tuvieron su primera edición en el curso 2020-21. Los trabajos deben ser realizados, a título personal o colectivamente, por estudiantes entre 3º de la ESO y 2º de Bachillerato, y se presentarán por correo electrónico escribiendo al Departamento de Religión del IES Gabriel García Márquez de Leganés, organizador del concurso, antes del 25 de mayo de 2022.
Los trabajos deberán estudiar el nazismo desde la perspectiva de la filosofía, historia, sociología o ciencias religiosas, incluyendo una reflexión sobre las propuestas, actuales o pasadas, que han resultado eficaces en la solución de los perjuicios causados a la humanidad por dicha ideología y sus promotores.
Habrá un premio del jurado y un premio del público, consistentes en material didáctico y libros. Como público podrán votar electrónicamente todas las personas que lo hagan desde una dirección acreditada por uno de los centros académicos cuyos alumnos participen en el concurso, y a su vez el jurado estará compuesto por un profesor de cada uno de dichos centros. La participación en el concurso implica que se acepta que los trabajos puedan ser publicados al menos durante el periodo de votación, que será entre el 25 de mayo y el 15 de junio, ambos inclusive. La página para la votación será publicada en el la web del Departamento de Religión del IES Gabriel García Márquez, donde también está indicado el correo al que deben enviarse los trabajos.
Pescador de hombres es la profesión que Jesús da a Pedro después de la pesca milagrosa que relata san Lucas. Esta y las demás lecturas del V Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo C) afirman que el apostolado es misión de todos y cada uno de los cristianos. En la primera lectura, Isaías se ve indigno de ser llamado por Dios, en el salmo se confía en que «el Señor hará todo por mí» y en la segunda lectura san Pablo se presenta como el último de los apóstoles, pero no por ello ineficaz: eso sí, si ha dado fruto es porque lo que predica no son sus ideas o sentimientos, sino que transmite lo que recibió de Cristo.
Más que con sesudas reflexiones, la lección que podemos aprender hoy es la de que para predicar, para ser testigo de Cristo, lo que se requiere es unión personal con Él. A ello hace referencia en este vídeo de su canal de Youtube la mexicana Clara Cuevas:
¿Cómo es posible ese encuentro personal al que hace referencia Clara? En este otro vídeo, el sacerdote José Antonio F. sugiere buscarlo orando con el Evangelio, y señala (minuto 6:00) cuatro episodios que pueden dar luz al respecto:
¿Qué es un mártir?
El testimonio desde siempre más venerado por los cristianos es el de quienes llegan a sacrificar su vida con tal de ser coherentes con su fe. Cuando sufren a causa de los perseguidores de la fe, se les llama mártires. Un ejemplo próximo al martirio lo tenemos en Ignacio Echevarría, al que está dedicado el musical Skate Hero, preparado para nosotros en la Cubierta de Leganés el 11 de marzo (si quieres ir, apúntate en las tareas del aula digital). Su padre, Joaquín, dice en esta charla que la muerte de su hijo ha sido útil y puede serlo más si es dada a conocer:
Divulgar el ejemplo que dio Ignacio es el objeto del musical Skate Hero.
Vacuna y solución frente al mal
Y ya que hablamos de mártires, invito a la presentación de mi libro Mártires cristianos durante el nazismo:
Santiago Mata
Los profesores de Religión de mi diócesis hemos tenido hoy una sesión explicativa del futuro currículo de la asignatura en la nueva ley (LOMLOE). Daré aquí algunas de mis impresiones, que se resumen en que me parece que nos han pedido que hagamos el harakiri a la asignatura.
Para los no iniciados -y esto ya me da mala espina, que se requiera una hora de explicación antes de empezar a hablar propiamente del currículo-, por lo visto estamos inmersos en una marea, o no sé si llamarla glaciación, o quizá sea mejor calentamiento global (lo que es seguro es que muchos salimos de la charla con la cabeza caliente, y los pies fríos), que consiste en que las asignaturas no son lo importante en la educación, tampoco siquiera los objetivos -que se nos presentaron como algo copiado de la vida militar: se propone uno llegar a una meta, y se ponen los medios-, sino que lo importante son las competencias clave: a fin de cuentas, una especie de objetivos, pero que no están fuera (o sea, no son objetivos), sino dentro del alumno: son cualidades que se supone debe adquirir, y para quien quiera saber cuáles son, ahí va la lista en el gráfico.
Es decir, que la educación es un marco y lo que haya dentro ya da igual: los famosos contenidos, en definitiva las asignaturas. Visto así, resulta que la asignatura de Enseñanza Religiosa Escolar (ERE, que no va de echar del trabajo a nadie, sino que es la asignatura que dan unas decenas de miles de profesores que llevan todas las décadas que se cuenten de su trabajo amenazados de despido-desaparición) no es ya objeto de persecución, sospecha, desprecio o ninguneo, sino que lo están todas. Mal de muchos, remedio de… digamos todos. Las bromas que hacen los periodistas sobre si se podrá pasar con tantas asignaturas suspensas, o si no se repetirá curso, son un malentendido garrafal: es que, sencillamente, nadie tiene que aprender nada, se trata de garantizar algo que para entendernos llamamos destrezas, aptitudes o siquiera actitudes, que no son más que palabras con que disimulamos lo difícil que es de entender, y aún más de tragar, que la educación consista en adquirir, cómo era (no es broma, tengo que hacer scroll para recordarlo cada vez), competencias clave.
¿Están entonces todos los profesores amenazados de despido o solo -cual si se negaran a vacunarse- los que se nieguen a hablar en clave de competencias clave?
Quede esa polémica para los educadores en general: por mi, y perdón por la crudeza, como si deciden sugerir que el rey está desnudo y que todo el tinglado de la educación no sirve absolutamente para nada, y que el 90% de lo que saben los niños no lo aprenden en la escuela sino en internet, y que por tanto más vale dejar que los niños -o sus padres, si es que son más maduros que los niños- hagan lo que les dé la gana, y cerramos las escuelas pa siempre. Algo de esto sospechan los profesores cuando ven que se les carga cada vez más con la responsabilidad de educar a los niños en aquello en que deberían educarlos sus padres (hasta sonarse los mocos) y no de enseñarles aquello que sus padres no pueden o no alcanzan a saber, que en eso consiste la subsidiariedad.
Así que volvamos a la ERE: ¿de veras no está amenazada esta asignatura sino todas, y en realidad no es una amenaza, sino un proceso bueno y necesario, para alcanzar la plenitud y felicidad de la persona no a base de obligarle a saber cosas, sino de descubrirle cómo desarrollar sus capacidades (perdón: competencias clave)?
Pues eso es lo que nos han contado. Pero luego yo vuelvo a mi instituto y la realidad es mostrenca, ya que me topo con que una profesora ha dicho ayer a mis alumnos de primero de Bachillerato que la Religión ya no cuenta para la nota en la selectividad de ESTE junio… De momento, parece que esa información es falsa… Sobre todo porque, como digo, a fin de cuentas, a largo plazo, ninguna asignatura va a contar nunca para nada. Ah, todos tranquilos. Pero ¿por qué será que los profesores de las demás asignaturas no tiemblan?
Ah, lo que pasa, según la charla de hoy, es que los de Religión nos vamos a adelantar al resto y vamos a admitir antes que nadie que nuestra asignatura no es necesaria, y que nos podemos diluir en el marco del buenrrollismo. Pero basta de divagar: hoy se nos presentó una portada para el currículo (pues no se nos llegó a explicar) en la cual se suponía que tenemos la misión de humanizar no sé si a la persona o a su educación. Es decir, que encajamos perfectamente en varias competencias clave. Curiosamente, si no recuerdo mal, el charlista incidió en la «competencia lingüística», cuando yo habría supuesto que apuntaría a la «conciencia y expresión culturales»… Claro que por qué no en la de «aprender a aprender».
¿Y si no todos están igual de amenazados?
Ya me estaba yendo cuando he querido buscar un gráfico que resuma las competencias clave y así no tener que escribirlas. Al final mi sorpresa ha sido que sangoogle no tenía ni un solo gráfico con las competencias de la LOMLOE (y eso que se supone que son el sancta sanctorum de la ley y que esta ya se está aplicando), así que he tenido que escribirlas en mi propio gráfico. Y mira por dónde me he dado cuenta de dos cosas:
Como yo soy de la EGB no sé lo que existía antes (el mundo aquel de las reválidas), pero sí oí hablar a los antiguos de que la EGB fue la primera que destruyó la educación antigua, dando prioridad a eso que llaman ciencias y arrinconando a las humanidades. Así que quizá esto del calentamiento viene de lejos. De modo que aquí lo dejo, porque como se ve, no era nada nuevo. Lo nuevo es el harakiri de la religión (o de la ERE).
¿No le interesa la Religión a la Iglesia (a la Conferencia Episcopal Española)?
¿A qué tanto entusiasmo con que la ERE sea la primera que presente su currículo? La Conferencia Episcopal se ha dado prisa en elaborarlo (vea quien quiera las conclusiones). Quizá sea un entusiasmo sincero hacia las competencias clave. O puede que sea un afán de adaptarse a lo que mandan los poderosos (Gleichschaltung) a pesar de no estar de acuerdo (o no del todo). Quizá este afán sirva para salvar el empleo de los profesores de Religión, reconvirtiéndonos en profesores de «aprender a aprender» (competencia ya algo vaga, cuando la tienen que rebozar con elementos «personales» y «sociales»). No se me quita la imagen de que nuestra misión era «humanizar».
Sobrevivir a toda costa no es necesariamente el lema del cristiano. ¿Cómo fue lo que le dijo Cristo a sus discípulos? ¿Id por todo el mundo y fomentad la conciencia y expresión culturales?, ¿la competencia personal, social y de aprender a aprender? No me entiendan mal: no quisiera menospreciar el trabajo de tantos funcionarios de la pedagogía. Lo que yo tenía entendido es que los apóstoles, para que estuviera claro en qué consistía ese «enseñar el Evangelio» que les mandó Cristo, redactaron el Credo. Y en base a ese Credo es como, según el Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes 22), Cristo «manifiesta plenamente el hombre al propio hombre». Así es como entiendo yo la tarea de humanizar. No sé si lo que propone la Conferencia Episcopal es disimular con tal de sobrevivir, o sustituir los artículos del credo por las competencias clave (de la 5 en adelante, se entiende).
En las lecturas del 4º Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo C) podemos observar tres puntos para comentar. El primero, descriptivo y más obvio es que la predicación recién comenzada de Jesús (en la sinagoga de Nazaret) se encuentra con el rechazo de la gente, que llega al extremo de tratar de matarle. Frente a eso, las lecturas nos hablan de Dios como refugio frente al ataque del mal. La resistencia de Cristo y del cristiano no es violenta: se libra del mal por el poder de Dios. Por eso en un principio no parece que estos textos nos remitan al martirio, pues por esta vez Cristo se salva de morir.
En este contexto el himno a la caridad de San Pablo, en la segunda lectura, parece desentonar del resto. Pero nos da pie al segundo comentario que debía responder no solo a cómo actúa Jesús frente a la violencia, sino a por qué: interpretativo. De hecho, el himno a la caridad tiene algo de descriptivo, al decirnos que la caridad es paciente, etc… La razón por la que Cristo no responde con violencia no es utilitaria (para salvar el pellejo, o porque es preferible llegar a un acuerdo porque la violencia desata una espiral, o para esperar el momento en que ser más fuerte, como haría un movimiento de resistencia latente). San Pablo afirma que la caridad es el mejor de los carismas (carisma es don en griego); ello se muestra en que de las tres virtudes sobrenaturales, fe, esperanza y caridad, la caridad es la única que dura por siempre.
El tercer comentario es finalista, para qué sirve, qué recibiremos a cambio de la caridad, aunque ya está respondido con lo anterior, porque si la caridad dura para siempre es que es la virtud divina por excelencia, Dios es amor y el premio del amor es Dios mismo. Pero el amor en sí mismo es sacrificado, es don de sí, es preferir el bien sin condiciones. Por eso C.S. Lewis, citado por el sacerdote en la homilía que va abajo, distingue cuatro amores: el de afecto, amistad, atracción (eros) y caridad (ágape). Este último, que es la palabra utilizada por san Pablo, se refiere al amor capaz de poner el bien, al otro, por delante del propio gusto o interés.
Aquí es donde el martirio, la muerte causada por odio a la fe y aceptada por el sujeto para seguir adherido al bien sin aceptar el mal, es el testimonio (eso significa martirio en griego) de amor máximo, y por eso puede decirse del amor que no esquiva ni se opone al mal (con otro mal o huyendo), no lo anula, sino que solo tras aceptar sufrir sus consecuencias puede superarlo, lo que es más que una hipotética mera anulación.
El odio a la fe que es la causa del martirio suele verse disimulado, y así en el evangelio de hoy podría decirse que la causa de que sus paisanos quieran matar a Jesús es que les había provocado al mencionar los milagros hechos al general sirio o a la viuda de Sarepta (que no eran israelitas), o que tenían envidia de él, o que querían probar si haría un milagro para salvarse… Pero si recordamos las lecturas del domingo pasado (que fue dedicado a meditar la Sagrada Escritura), la lectura que hizo Jesús afirmaba que había llegado la liberación, una liberación que Jesús también anuncia diciendo «convertíos», porque el Reino de Dios no es liberación de meras imposiciones exteriores, sino del pecado que surge del corazón del hombre; así que el rechazo a Cristo y a su mensaje es un rechazo a esa conversión que siempre es renuncia al egoísmo del propio yo: es un rechazo al amor-ágape precisamente porque implica sacrificio, lo cual es, dicho sea de paso, aún más grave que un mero «odio a la fe», si entendemos que la caridad es un bien mayor que la fe.
A la importancia del amor en la vida de las personas y en la Iglesia se refería santa Teresita del Lisieux al afirmar que había descubierto que su vocación era ser el amor en el corazón de la Iglesia, y que eso equivalía a tener todas las vocaciones.