La primera pregunta sobre la Unción de Enfermos puede ser por qué hace falta un sacramento diferente de los que fortalecen el alma, Eucaristía y Penitencia: la respuesta es que somos carne y espíritu, y además de las gracias fortalecedoras del espíritu, hace falta una gracia que fortalezca también el cuerpo: cuando estemos muertos, nos bastará el recuerdo honroso si ya somos santos, o la oración de intercesión si la necesitamos en el Purgatorio; pero mientras tanto, no nos basta solo con que recen por nosotros, sino que como personas de carne y hueso necesitamos el apoyo también de Dios y la Iglesia por un sacramento que al mismo tiempo nos haga vivir la realidad del acompañamiento, el consuelo y la reparación en alma y cuerpo.
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