La primera pregunta sobre la Unción de Enfermos puede ser por qué hace falta un sacramento diferente de los que fortalecen el alma, Eucaristía y Penitencia: la respuesta es que somos carne y espíritu, y además de las gracias fortalecedoras del espíritu, hace falta una gracia que fortalezca también el cuerpo: cuando estemos muertos, nos bastará el recuerdo honroso si ya somos santos, o la oración de intercesión si la necesitamos en el Purgatorio; pero mientras tanto, no nos basta solo con que recen por nosotros, sino que como personas de carne y hueso necesitamos el apoyo también de Dios y la Iglesia por un sacramento que al mismo tiempo nos haga vivir la realidad del acompañamiento, el consuelo y la reparación en alma y cuerpo.
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Sacramentos 13: La Unción de los Enfermos
EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
314. Con Jesús llega la victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Nuestro sufrimiento, unido al de Cristo, puede convertirse en medio de purificación y salvación, para nosotros y para los demás.
315. La Iglesia tiene un sacramento para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor» (St 5, 14-15).
316. El sacramento de la Unción de los enfermos lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro de muerte por enfermedad o vejez. La celebración de este sacramento debe ir precedida, si es posible, de la confesión individual del enfermo.
317. El sacramento de la Unción de los enfermos sólo puede ser administrado por los sacerdotes (obispos o presbíteros).
318. La celebración consiste en la unción con óleo, acompañada de la oración del sacerdote, que implora la gracia especial de este sacramento.
319. Efectos: una gracia particular, que une a la Pasión de Cristo, da fortaleza, paz, ánimo y el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido confesarse. A veces, la recuperación de la salud física. Prepara al enfermo para pasar a la Casa del Padre.
320. El Viático es la Eucaristía recibida por quienes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Es semilla de vida eterna y poder de resurrección.