La sociabilidad como elemento constitutivo de cada persona nos abre a los principios del bien común y del destino universal de los bienes. A partir de ahí, con los principios de subsidiariedad y solidaridad se estructura la doctrina social de la Iglesia, que se encuentra resumida en el Compendio de la DSI.
Un planteamiento sencillo de lo que significa la mentalidad cristiana -que algunos pueden confundir con el comunismo o el socialismo, pero que es más cercana a lo que se denomina personalismo- frente al individualismo -que tampoco es equivalente al capitalismo, liberalismo, etc.- podemos verlo en este comentario: