Domingo 30 del Tiempo Ordinario (ciclo B): Para seguir a Dios, primero hay que conocerle, verle: pero para verle, hay que querer, estar dispuesto a aceptar la verdad, con la misma insistencia con que el ciego Bartimeo gritó a Jesús que tuviera compasión de él, y despojándose de todo lo que le estorbaba para llegar a Jesús. Jesús quiere algo del hombre, que le sigamos, pero es tan discreto, tan respetuoso con nuestra libertad, que es Él quien pregunta: qué quieres que te haga.
Para conectar con las semanas anteriores, de nuevo es la misericordia lo que nos salva, como vimos en la semana 29, y ahora se nos descubre que debemos pedirla, buscarla con insistencia.