Desde muy joven, Pauline Jaricot sintió vivamente la necesidad de ayudar a las misiones y al mismo tiempo tuvo la inspiración de que esa sería la forma de reavivar la fe que parecía apagarse en Europa. Fundó las Obras Misionales Pontificias como una gran cadena de colaboración con oración y dinero hacia las misiones, surgida en el medio obrero de su ciudad, Lyon (Francia). Además, organizó también el Rosario viviente, con personas que se comprometen a rezar un misterio para mantener la alabanza a Dios por medio de la oración mariana. En su honor y al acercarse el segundo centenario de las OMP, el papa Francisco ha organizado un mes misionero extraordinario en octubre de 2019.