PRIMER MANDAMIENTO: YO SOY EL SEÑOR TU DIOS. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
442. La afirmación: «Yo soy el Señor tu Dios» (Ex 20, 2) implica para el fiel guardar las tres virtudes teologales. La fe cree en Dios y rechaza la duda voluntaria, la incredulidad, la herejía, la apostasía y el cisma. La esperanza aguarda la visión de Dios y su ayuda, evitando la desesperación y la presunción. La caridad ama a Dios sobre todas las cosas y rechaza la indiferencia, la ingratitud, la tibieza, la pereza o indolencia espiritual y el odio a Dios.
443. Las palabras «adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» (Mt 4, 10) suponen adorar a Dios como Señor de todo cuanto existe.
444. ¿Cómo ejerce el hombre su derecho a rendir culto a Dios? Todo hombre tiene el derecho y el deber moral de buscar la verdad, especialmente en lo que se refiere a Dios y a la Iglesia. La dignidad de la persona humana requiere que, en materia religiosa, nadie sea forzado a obrar contra su conciencia.
445. Con el mandamiento «No tendrás otro Dios fuera de mí» se prohíbe (Ex 20, 2) el politeísmo y la idolatría; la superstición; la irreligión; el sacrilegio; la simonía; el ateísmo; el agnosticismo.
446. El culto cristiano a las sagradas imágenes se fundamenta en el Misterio del Hijo de Dios hecho hombre.
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